El tema, es algo trillado y pues voy a ver la manera en que puedo retorcer la historia sin sacarla de la credibilidad y del gusto que ustedes tengan, no siempre se puede complacer a todos pero al menos estoy bien conmigo mismo. Sin preámbulos aquí les dejo mi "historia" o al menos el comienzo.
Cuando menos se lo esperaba, el maestro giró su mirada directamente al lugar en dónde estaba sentado, “Diego, Ulises salgan del salón”, dijo con un tono de enojo el profesor, a lo que no quedó más remedio que salir, no importaba cuanto alegara, se disculpara e incluso diera lástima.. La decisión estaba tomada. Sin más nada, ambos tomaron su ruta hacia la puerta, con leves risas por parte de ambos dada la situación pero con arrepentimiento en el interior.
“Al final de día fue lo de siempre, materia tras materia, actividad tras actividad y el clásico receso sin sentido que aparentemente empieza cuando está acabando… que clase de tonterías” fue lo que pensaba mientras caminada a su casa acompañado de Ulises, pero mientras pensaba, Ulises hablaba y es de esos momentos en los que simplemente te desconectas de lo que estás haciendo para reflexionar sobre las cosas estúpidas que suelen suceder en la escuela o en cualquier lugar del que vengas.
“dude, ¿te pasa algo?” Ulises lo dijo con voz de todo, menos preocupación.
“¿he?, no, no pasa nada… ¿me decías de…?” Dijo Diego con desorientación sobre el tema.
Seguido de esto, Ulises continuó con su relato. Al poco tiempo ambos estaban en sus respectivos hogares, dentro de su cuarto para ser más exactos. Diego solía llegar a su casa y encender su computadora para jugarla y después hacer algo de tarea porque aunque no era el mejor alumno, por lo menos no quería ser un parásito de la sociedad en su futuro. Cuando acababa su tarea, escuchaba un poco de música mientras charlaba con sus amigos por el aMsn sobre cosas del día, decepciones o simplemente quejarse sobre cosas que habían sucedido.
D: “Sí, hoy la vi… pero no jodas, no puedo”
P: “no seas obeso, tienes que decirle”
D: “WEY, cómo?, digo no manches… tiene... tú sabes.”
P: “Lo sé, pero qué más puedes perder, digo, después de lo que has pasado el último año, no te puede ir peor”
D: “idiota….”
P: “solo digo lo que creo”
D: “ok, entiendo… veré que puedo hacer mañana... Nos vemos cya!”
Al momento de cerrar sesión, Diego solo podía pensar en muy pocas cosas referentes a su día y lo charlado con su digamos, mejor amigo. Diego solo tiene la escasa edad de 16 años, y pues ponerse a pensar en cosas que en realidad no tienen mucha importancia para su vida futura no tiene sentido, no me mal entiendan pero en algún momento será importante; por ahora, no lo es o al menos otras cosas tienen prioridad.
“same shit, different day” murmuró Diego al despertarse el martes por la mañana, preparándose para ir a la escuela tomó sus herramientas necesarias que nunca podía olvidar tales como su cartera, su reproductor y su a veces estúpido celular.
“demonios ya falta poco para entrar y yo sigo en casa” Pensó Diego cuando pasaba su llave por la chapa de su puerta para poder quitar el seguro y disponerse a partir rumbo a un día más de lo mismo, un día que seguramente tendría la fórmula perfecta del aburrimiento diario que era maestros, tareas, actividades, etc. Logrando el resultado ya mencionado: aburrimiento.
Pero había algo que después de todo llamaba la atención.
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